Proyecto Guatemala

El proyecto Guatemala es un plan de voluntariado llevado a cabo por la Asociación Pili Sancho, una asociación sin ánimo de lucro nacida en 2021 que sale adelante a partir de donaciones privadas y que trata de impulsar labores de voluntariado con el fin de apoyar a ciertos colectivos sociales, sobre todo niños y niñas en riesgo de exclusión social.

Asimismo, la Asociación Pili Sancho posee un programa de apoyo y de becas para aquellos niños y niñas discriminados, con enfermedades que impiden un desarrollo óptimo y que por su situación económica precaria no tienen los medios necesarios para salir de esa espiral de desigualdad en la que se encuentran. De esta forma, la asociación cuenta con más de una decena de personas becadas, entre las cuales se encuentran varias de las familias que visitamos en el verano de 2023 en un viaje realizado del 13 al 31 de julio.

En Guatemala, principalmente en la ciudad de San Pedro la Laguna, ubicada en un pueblo a orillas del Lago Atitlán, un grupo de universitarios españoles, procedentes de diversas instituciones académicas tanto públicas como privadas, hemos llevado a cabo un proyecto de voluntariado. El propósito de nuestra iniciativa ha sido atender las variadas necesidades de la población guatemalteca que se encuentra en situación de riesgo de exclusión social y en condiciones de pobreza extrema.

La génesis del proyecto comenzó en agosto de 2022 cuando una familia visitó este lugar y vivió en primera mano las necesidades que allí tenían. Los hijos de esta familia (universitarios) empezaron a armar el PROYECTO GUATEMALA.

Durante el período comprendido entre el 14 y el 28 de julio, un total de 12 estudiantes universitarios de universidades públicas (Universidad de Alcalá y Universidad Autónoma de Madrid) como privadas (Universidad Europea, Universidad de Navarra y Universidad de Villanueva) participamos activamente en el Proyecto Guatemala con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de vida de niños, niñas y personas de edad avanzada que se hallaban en una situación de especial vulnerabilidad.

En un primer momento, estuvimos en Ixoqi, Centro de Capacitación de la mujer rural en Tecpan, Departamento de Chimaltenango. El objetivo del Centro es la capitación y desarrollo de mujeres indígenas de escasos recursos, dándoles formación en distintos ámbitos: costura, panadería, confitería y artesanía con rafia, pajoncillo (un material parecido al mimbre) y pino (que debe ser parecido al pajoncillo, pero de color más oscuro y algo más fino). En cuanto llegamos nos repartimos en grupos de dos para poder echar una mano en las distintas actividades mencionadas. Sabemos que nuestra ayuda es puntual y puede parecer poco efectiva, pero los intangibles como el aliento que llevamos, el apoyo a las personas que allí acuden, hizo que los responsables de Ixoqi valorasen nuestra colaboración como “muy positiva y para repetir cada año”.

Al mismo tiempo, durante la jornada laboral comprendida de lunes a viernes, en la franja matutina, nuestros esfuerzos se concentraron en el Colegio Guillermo Bilbao Zabala, en San Pedro de la Laguna, Departamento de Sololá.

 

Este colegio tiene 250 estudiantes desde párvulos hasta 3º Básico. Colegio que acoge mayoritariamente personas con escasos recursos y con un profesorado volcado a pesar de la escasa remuneración que se les aporta. En el seno de esta institución, desplegamos una variada gama de actividades, todas ellas vinculadas al ámbito educativo y de la atención médica. Para lograr una mayor eficiencia y adecuación a las necesidades del entorno, organizamos nuestra fuerza laboral en tres grupos discernidos en base a nuestras respectivas habilidades y aptitudes. Cada uno de estos grupos se embarcó en tareas específicas con el propósito de abordar las particularidades de la comunidad local de la manera más efectiva posible. La división fue la siguiente:

1. La enseñanza: la labor pedagógica constituía uno de los pilares fundamentales de nuestro compromiso voluntario. Un destacado conjunto de universitarios asumía la noble tarea de contribuir al desarrollo intelectual y educativo de los niños y niñas de la comunidad. En este sentido, nuestra labor se desplegaba en un abanico de disciplinas académicas que abarcaban desde la enseñanza del idioma inglés hasta el fomento de habilidades en lengua y matemáticas, sin descuidar otras asignaturas igualmente esenciales en el proceso formativo de los educandos. La pedagogía era para nosotros un vehículo por medio del cual promovíamos la adquisición de conocimientos y habilidades, permitiendo a los jóvenes estudiantes ampliar sus horizontes intelectuales con el fin de brindarles la oportunidad de construir una base sólida para su futuro académico. Lectura individualizada con alumnos con necesidades; trabajo en pequeños grupos en inglés; apoyo al profesorado de párvulos con la enseñanza de rutinas básicas de higiene con los niños más pequeños; atención individualizada (siempre con permisos pertinentes de los padres) a niños/as con necesidades educativas especiales mediante trabajo psicopedagógico; trabajo en equipo de actividades culturales; acceso a la tecnología…

2. Las revisiones médicas: Las revisiones médicas constituían un componente integral de nuestras actividades solidarias. Dado que un número considerable de los voluntarios contaba con experiencia en el campo de la salud (3 voluntarios estudian medicina), se nos encomendó la importante misión de llevar a cabo evaluaciones médicas básicas para los aproximadamente 250 estudiantes matriculados en la institución educativa. Estas revisiones tenían como propósito fundamental garantizar que todos los alumnos gocen de un estado de salud óptimo y pudieran continuar sus labores académicas en condiciones adecuadas. Los reconocimientos, en definitiva, consisten en unas preguntas de control a los chicos, la medición de la saturación de oxígeno en sangre y la auscultación para escuchar pulmones y corazón.

El proceso de examen médico que implementábamos era de naturaleza sencilla, pero esencial. Durante el procedimiento, tomábamos las constantes vitales de los estudiantes y observábamos atentamente cualquier posible molestia o síntoma que pudiera indicar un problema de salud. Más allá de su simplicidad, estas evaluaciones médicas representaban un esfuerzo significativo para asegurarnos de que los alumnos y alumnas gozaban de un bienestar físico adecuado, lo que, a su vez, contribuía a la promoción de su rendimiento académico y su calidad de vida en general. Varias familias nos pidieron revisiones por asuntos concretos u opiniones sobre la salud de sus hijos. Detectamos que muchas población infantil de San Pedro la Laguna tiene parásitos en el estómago.

Un ejemplo elocuente de la relevancia de nuestra intervención sanitaria radica en la capacidad para detectar diversos problemas de salud en los niños y niñas. Entre estos hallazgos, se encontraba el caso de un alumno (5 años de edad) en quien se identificó una condición médica en la que los testículos no habían descendido adecuadamente, una afección que, a pesar de su aparente simplicidad de diagnóstico, conlleva el potencial desarrollo de complicaciones severas en el niño. En este contexto, nuestras evaluaciones médicas nos permitieron identificar esta anomalía, lo que permitió remitir al alumno a un establecimiento hospitalario, pues en estos casos se necesita llevar a cabo una cirugía. Nos consta que la familia puso los medios y la Asociación Pili Sancho se ofreció para ayudar con los honorarios médicos necesarios.

Las previsiones para el próximo verano son realizar exámenes oftalmológicos con la ayuda de personal especializado, a los efectos de prevenir el fracaso escolar y mejorar la calidad de vida de los niños y niñas garantizándoles un futuro mejor en igualdad de oportunidades.

3. Asociación Somos Hijos del Lago: un grupo de voluntarios se encargó en brindar cuidados y atención a los enfermos pertenecientes a la Asociación Somos Hijos del Lago. Nuestra labor abarcó una serie de actividades que incluían asistencia a los profesionales de la salud y el cuidado de los miembros de la asociación que residían en sus instalaciones. Durante nuestras interacciones con los miembros, nos encontramos con una diversidad de personas que presentaban problemas psicológicos y personas con capacidades diversas, así como aquellos que se encontraban en procesos de rehabilitación. Nuestra misión era proporcionar un apoyo práctico y necesario en el día a día de estas personas, contribuyendo a su bienestar y comodidad en la medida de nuestras posibilidades. Así, pasábamos por las distintas salas (psicología, fisioterapia, etc.) con el fin de hacer más llevadero el día de los residentes. Los ejercicios mandados por los fisios eran reforzados por nuestros voluntarios, paseábamos a personas con capacidades psíquicas distintas para que sus familias descansasen, visitábamos a los que estaban enfermos en sus casas para hacerles más fácil la contrariedad que supone esa enfermedad.

En lo que concierne a las tardes, nuestra actividad se trasladaba a la localidad de San Juan la Laguna, donde nuevamente procedíamos a distribuirnos en grupos con el fin de abordar diversas iniciativas solidarias. Por un lado, un grupo de voluntarios visitábamos a los enfermos en sus casas, brindando apoyo moral y compañía en momentos de vulnerabilidad. Entre ellos, contaban algunas de las familias cuyos hijos e hijas se encuentran en el programa de becas de la Asociación Pili Sancho. Éramos recibidos en las casas de los enfermos o de los ancianos y manteníamos un rato de conversación. Era muy impresionante ver como disfrutaban solo con nuestra presencia y lo que nos enseñaban sobre su vida o su sufrimiento. La mayoría de las veces éramos conscientes de que ellos nos ayudan a nosotros más que lo que hacemos por ellos.

A su vez, diagnosticábamos las distintas necesidades ocasionadas por la enfermedad que padecían. Nos llamó poderosamente la atención la situación de vulnerabilidad y abandono que presentaban los enfermos de diabetes, que en muchos casos padecían ceguera y cuyas extremidades inferiores habían tenido que ser amputados a causa de una enfermedad que con los tratamientos adecuados permite una digna calidad de vida en los países desarrollados. Con los escasos medios a nuestro alcance hicimos posible que fuesen atendidos médicamente y superar la situación crítica en la que se encontraban mediante el suministro de insulina.

Por ello, detectadas estas necesidades, uno de los objetivos del proyecto es el desarrollo de un Programa de prevención y atención a los enfermos de diabetes, enfermedad con alta incidencia debido al tipo de alimentación de los habitantes de la zona, el citado programa comprendería, en su aspecto preventivo, formación en hábitos alimenticios y nutrición saludable.

Simultáneamente, otros voluntarios se desplazaban al comedor social de la Fundación Quetzal, donde nos sumábamos al esfuerzo de proveer de alimento a aquellos que se encontraban en situación de necesidad. Además, en el mismo comedor se realizan labores educativas a las madres de los niños a los que dábamos de comer mediante el fomento y práctica de la mejora en la lectura y escritura de las madres.

Esta doble acción, enriquecida por la comprensión y la empatía, no solo proporcionaba una atención humanitaria a quienes requerían asistencia, sino que también desempeñaba un papel significativo en el crecimiento educativo de los más jóvenes. Además de ofrecerles un trato respetuoso y humano, también nos ocupábamos de impulsar su desarrollo académico, transmitiendo habilidades fundamentales como la lectura, la escritura y, por supuesto, fomentando su creatividad a través de actividades manuales.

El trabajo realizado con las madres para que aprendieran a leer o a escribir es muy significativo. Es cierto que siempre se les entregaba algo de comida o de material, siendo este el motivo por el que asistían. Conocer la pobreza intelectual en la que se encuentran sumidas estas mujeres, genera un hondo sentimiento de injusticia e impotencia que rápidamente se transforma en una actitud proactiva tendente a aportar soluciones. Tenemos que cambiar eso poco a poco y generar una cultura de esfuerzo una vez colmadas las necesidades básicas.

Finalmente, durante los fines de semana, aprovechando la ausencia de clases, orientábamos nuestras energías hacia la restauración, embellecimiento y adaptación de viviendas particulares y del Colegio Guillermo Bilbao Zabala. De este modo, emprendíamos un conjunto de acciones que abarcaban desde la limpieza exhaustiva de las instalaciones hasta la corrección de desperfectos y el proceso de reorganización de los espacios educativos.

Nuestra misión consistía en otorgar una nueva vida a las aulas y áreas comunes, de manera que se convirtieran en entornos más propicios para el proceso de enseñanza y aprendizaje. La meticulosa labor de remodelación y el enfoque en la atención a los detalles eran aspectos centrales en nuestro esfuerzo conjunto, dirigidos a crear un ambiente adecuado para el desarrollo académico. En consecuencia, nuestra dedicación no solo se extendía a brindar apoyo directo a los estudiantes, sino también a la mejora sustancial del espacio en el que forjaban su futuro. Entre las acciones realizadas, destacan: la pintura y decoración de las aulas; lijar y pintar de las mesas, pupitres y sillas; el arreglo de desperfectos en el aula de informática, así como la instalación de antivirus en los equipos informáticos (tan antiguos que en España están descatalogados).

Sin embargo, nuestra labor no ha hecho nada más que empezar. Nuestra intención es volver este verano de nuevo para mejorar las condiciones de vida de los guatemaltecos siguiendo las mismas directrices tomadas en el verano de 2023. Por ello, hemos visto conveniente presentarnos a los IX Premios al voluntariado universitario promovido por la Fundación Mutua Madrileña, pues supondría para nosotros la posibilidad de continuar con el proyecto comenzado. En este sentido, el dinero sería destinado a la mejora de las condiciones de vida de los niños a través del sistema de becas de la Asociación Pili Sancho, compra de material escolar, material médico y medicinas para el tratamiento de los enfermos de diabetes y el desarrollo del programa preventivo en hábitos alimenticios, la financiación del programa de revisión oftalmológica, así como la financiación de los utensilios y herramientas necesarias para el desarrollo de los trabajos a desarrollar durante el verano de 2024, y finalmente, el apoyo el mantenimiento y viajes de los universitarios que asistiremos.

Nuestro objetivo final es en el ámbito educativo, entre otros, que muchos de los niños y niñas que acuden al colegio Guillermo Bilbao Zabala tengan las mismas oportunidades que hemos tenido nosotros y puedan el día de mañana acceder a estudios universitarios.

En el ámbito sanitario, nuestro objetivo es desarrollar el programa de revisión oftalmológica de los niños y niñas del Colegio Guillermo Bilbao Zabala dotándolos de los aparatos ópticos que requieran, todo ello con la finalidad de prevenir el fracaso escolar, así como que los enfermos de diabetes tengan idéntica calidad de vida que las personas que sufren esta enfermedad en los países desarrollados.

Calendario de las labores de voluntariado por días
1. Enseñanza y revisiones médicas en el Colegio Guillermo Bilbao Zabala.
2. Ayuda asistencial en Ixoqi a mujeres indígenas.
3. Comedor social San Juan la Laguna (Fundación Quetzal).
4. Ayuda asistencial en la Asociación Somos Hijos del Lago.
5. Visita a enfermos y personas necesitadas.
6. Remodelación del Colegio Guillermo Bilbao Zabala.
7. Remodelación y visita a personas en viviendas particulares.

Pese a que el proyecto tuvo lugar en las fechas señaladas, la labor de preparación y gestión supuso una dedicación anterior para poder establecer todo lo que necesitábamos. De esta forma, el presupuesto muestra todos los preparativos llevados a cabo y, al mismo tiempo, evidencia los gastos que para el verano 2024 supondría el retorno a Guatemala.

Tal y como se observa, las becas a los alumnos fueron de 18.000 quetzales. No obstante, a ello se le suman los gastos en los materiales de ferretería comprados y la pintura (40.250 quetzales). Del mismo modo, los medicamentos comprados para el cuidado de los niños del colegio y el material para la fiesta que realizamos para los niños del comedor social de la Fundación Quetzal supuso un gasto que también formaba parte del proyecto.

Por otro lado, para trasladarnos de San Pedro la Laguna a San Juan la Laguna en orden de visitar a los enfermos y asistir al comedor social, requerimos de un medio de transporte cuyo precio ascendió a los 3.775 quetzales. Además, nuestros gastos de manutención fueron de 30.000 quetzales. De esta forma, junto con los gastos adicionales, el total general fue de 13.027 euros. Por otra parte, cada voluntario universitario, para adquirir su pasaje, tuvo que aportar 1.000 euros, pues la Asociación Pili Sancho nos ofreció una ayuda de 150 euros a cada voluntario. En ese sentido, el precio total del Proyecto Guatemala fue de 26.827 euros.

Pese al coste del proyecto, volver a Guatemala para continuar con nuestro proyecto de voluntariado es más que una mera ambición, es una responsabilidad que llevamos en el corazón. Lo que hemos logrado hasta ahora es solo el comienzo de un viaje que puede marcar la diferencia en la vida de la comunidad guatemalteca. Nuestra presencia y esfuerzos han dejado huellas positivas, pero aún hay mucho trabajo por hacer y mejoras por implementar.

La necesidad de regresar radica en el compromiso que hemos adquirido con estas comunidades. Hemos visto de cerca las condiciones en las que muchas personas luchan a diario, y es nuestro deber moral y ético seguir apoyándolos. El Colegio Guillermo Bilbao Zabala, Ixoqi, el Comedor Social de la Fundación Quetzal, la Asociación Somos Hijos del Lago y todas las demás instituciones que hemos colaborado cuentan con nosotros para continuar con el trabajo que hemos iniciado juntos.

Es crucial recordar que cada pequeño paso que damos se traduce en un impacto significativo en la vida de aquellos a quienes servimos. El bienestar de la comunidad guatemalteca depende en parte de nuestra contribución constante y nuestro compromiso a largo plazo. Al regresar, podremos abordar las necesidades pendientes, ampliar nuestros esfuerzos y trabajar en conjunto para lograr un cambio positivo y duradero.

Por último, en nombre de nuestro equipo de voluntarios, nos gustaría expresar nuestra más sincera gratitud a las asociaciones y al Colegio Guillermo Bilbao Zabala por habernos brindado la oportunidad de ser parte de proyectos tan significativos durante el verano de 2023. La colaboración en la enseñanza y revisiones médicas en el colegio, la ayuda asistencial en Ixoqi a mujeres indígenas, el apoyo al Comedor Social San Juan la Laguna a través de la Fundación Quetzal, y el valioso trabajo en la Asociación Somos Hijos del Lago, nos han enriquecido en lo personal y nos han inspirado a seguir comprometidos con la mejora de la vida de la comunidad guatemalteca. A través de nuestras visitas a enfermos y personas necesitadas, así como la remodelación del Colegio Guillermo Bilbao Zabala y la visita a viviendas particulares, hemos experimentado de cerca el poder de la solidaridad y la importancia de trabajar juntos para construir un mundo mejor.

Estamos deseando con gran entusiasmo volver el verano de 2024 para continuar las tareas que hemos comenzado. La conexión que hemos establecido con estas organizaciones y las personas a las que hemos brindado apoyo no tiene precio, y estamos comprometidos a seguir contribuyendo a sus causas. Esperamos poder ser parte de un futuro aún más brillante y significativo, y agradecemos a estas instituciones por abrirnos sus puertas y permitirnos ser parte de su noble misión. Juntos, podemos lograr un impacto duradero y seguir extendiendo una mano amiga a quienes más lo necesitan.